Esta población cordobesa asentada a orillas del río Genil puede presumir de tener la mayor tradición en la elaboración y fabricación de la mejor carne de membrillo del mundo.
Si nos adentramos en la historia veremos que el fruto del membrillo ha estado muy presente en las más importantes civilizaciones asentadas a orillas del Mediterráneo. Tal vez, por la necesidad que tiene este fruto de tener veranos cálidos para una correcta maduración. Sus orígenes se remontan hace 4.000 años en la zona del Mar Caspio, concretamente en la antigua Babilonia
Los griegos y romanos ofrecían el fruto como regalo de bodas, ya que simbolizaba el amor y la fecundidad. Por este motivo, todos los árboles del membrillo estaban consagrados a Afrodita, la diosa del amor. La novias griegas tenían la costumbre de morder un membrillo para perfumar su beso antes de entrar en la cámara nupcial.
Incluso se sabe que Carlomagno ordenó plantar arboles de membrillos en todos los huertos junto a otros árboles frutales. Esta presencia continuada en la historia le ha permitido estar presente de muchas formas en la cocina a lo largo de todos estos siglos.